Cómo armar el árbol genealógico familiar



Cómo armar el árbol genealógico familiar

Por Juan Cruz Jaime, Responsable de Genealogía.
Buenos Aires, 12 de julio de 2002, 03:19 am
Arbol genealógico
La búsqueda de los parientes en ambas márgenes del océano tiene dos puntos de inicio fundamentales:
1) Encontrar los parientes vivos hoy.
Esto es relativamente fácil. Mediante una rápida consulta a las guías telefónicas de Argentina, Francia y España se puede reconocer a los que presumiblemente desciendan de algún hermano de nuestro antepasado; y, así, comenzar a armar los lazos.
2) Conocer el pueblo de procedencia del primer miembro de la familia en llegar a la Argentina.
El camino para descubrir este dato requiere de mucha paciencia -este tipo de investigaciones tiene fecha de inicio, pero nunca de finalización- y una alta dosis de suerte.
Primera regla de la Genealogía : No es una tarea para personas de rápida desazón.
Los Pirineos dividen el país vasco en dos: Iparralde (la zona en territorio francés, que congrega las provincias de Lapurdi, Zuberoa y Benabarra) y Egoalde (en territorio español, que comprende las provincias de Bizkaia, Gipuzkoa, Nafarroa y Araba). Por la forma de los apellidos se puede presumir su origen. Los que contienen la forma "ETCH", por ejemplo, son netamente de Iparralde, mientras que los que comienzan en patronímico) Martínez de ..., Fernández de ..., García de ...), suelen ser alaveses, delatando su proximidad al resto de la península ibérica. Estas reglas no son duras, siempre puede haber un Etchegoyen que ha nacido en Irún, de padre de St. Jean de Luz, pero que será anotado al llegar a la Argentina como "español".
Segunda regla de la Genealogía: Nada es blanco o negro, todo se presume en la gama de los grises.
El primer paso, entonces es ubicar de qué lado del Pirineo y de qué pueblo viene el antepasado.
El primer documento a buscar es la partida de defunción del más antiguo miembro que se conozca en la familia por tradición oral. Esta partida, si es posterior a 1885 se debe buscar en el Archivo del Registro Civil de la ciudad en que murió, pero si es anterior, se debe recurrir a los registros parroquiales.
Tercera regla de la Genealogía: Antes de empezar cualquier investigación se debe recurrir al familiar vivo más viejo, para tener un mapa de tradición oral, con el que comenzar la búsqueda.
La partida de defunción suele ser muy escueta pero dará los primeros datos fundamentales: Nacionalidad y nombre de los padres. Por ello se debe recurrir al segundo documento: la partida de matrimonio, que suele tener datos mas valiosos. En las de Ayacucho, Barracas al Sur (hoy Avellaneda) o General Acha, por citar solo tres lugares de gran presencia vasca, que he estudiado personalmente, los expedientes matrimoniales suelen decir el pueblo de origen de los contrayentes.
Sin embargo, muchas veces los antepasados ya vinieron casados. En ese caso se deben buscar las partidas de bautismo, de todos sus hijos. Decimos todos porque generalmente en alguna está la respuesta a nuestro interrogante.
Un caso muy común es que los antepasados se casen en Montevideo y luego pasen a la Argentina. En la época de la gran inmigración vasca a esa ciudad (1820/40), existían solo dos iglesias, la Catedral y San Francisco, por lo que la búsqueda es relativamente fácil.
Todos los documentos antedichos se pueden encontrar juntos en la sucesión del antepasado. Las sucesiones, además, permitan conocer detalles interesantes de su vida privada y ayudará aun más si fue previsor y redactó su Testamento (propiedades, títulos, domicilio, etc.). Las sucesiones anteriores a 1900, en la ciudad de Buenos Aires, pueden consultarse en el Archivo General de la Nación (L. N. Alem 246 4°, 1003, Buenos Aires, Tel. (54-11) 4331-5531/3 Lunes a Viernes de 10 a 17), y las posteriores a 1900 en el Archivo de Tribunales que corresponda a la jurisdicción donde murió. Si falleció en la provincia de Buenos Aires, se debe recurrir al Archivo de Tribunales de La Plata.
Cuarta regla de la Genealogía: Mantener una excelente relación con los funcionarios eclesiásticos y estatales a cargo de los Archivos.
Nunca se debe olvidar que esto que se lee tan rápidamente suele demandar meses de ardua investigación, numerosa correspondencia y buena voluntad del párroco que toque en suerte. No debe olvidarse nunca que la persona que recibe la carta probablemente no tenga interés en nuestro asunto, por lo cual se recomienda enviar un incentivo material a conciencia que cubre los gastos de envío y de fotocopiado.
Una ayuda muy importante es el Centro de Historia Familiar (Zabala 2003, Buenos Aires, Lunes a viernes de 9 a 16), conocido comunmente como el Centro Mormón, donde se encuentran los microfilms de todas las iglesias de la Argentina, del País vasco (lado español), desde su inicio hasta 1920, y las tablas Decenales (índice del registro Civil) del país vasco francés, de 1802 a 1850.
En el caso de los vascos de Iparralde se debe recordar que la división política es en Cantones, que a la vez tienen Comunas. Es decir que si el antepasado es de, por ejemplo, St. Jean Pied de Port, se debe recordar que esto es un cantón con numerosas comunas en su interior, por lo que la búsqueda debe ser mas minuciosa.
Al encontrar el pueblo de origen la búsqueda será más fácil, pero se dependerá aun más de las causas aleatorias.
Una vez descubierto el pueblo se puede recurrir al Centro de Historia Familiar (centros mormones) más cercano y allí ver los microfilms de la iglesia de dicho pueblo. A partir de ahí se puede armar la ascendencia familiar. Además, se verá si el pariente tuvo hijas mujeres, y con quién se casaron ellas.
Asimismo se puede recurrir a los microfilms de los Censos de 1869 y 1895 que se realizaron en Argentina (también están en los Centros de Historia Familiar), para ver cómo se formo la familia.
De esta forma se puede reiniciar la búsqueda telefónica con los apellidos de los maridos de las hijas del antepasado. Si no se consiguiera, se puede escribir a la Dirección de Cultura de la Municipalidad correspondiente y pedir el nombre y dirección del historiador del pueblo. Estas personas suelen reunir la historia del pueblo en sus mínimos detalles y seguramente podrán servir de guía en el difícil camino del reencuentro.
Siempre es un dato interesante cuándo llegó exactamente a la Argentina el primer antepasado. Las entradas al puerto de Buenos Aires aportan el nombre del barco y la fecha exacta de llegada del primero del apellido en estas tierras. Si llegó entre 1810 y 1882, se encuentran microfilmados en el Centro de Historia Familiar y en el Archivo General de la Nación, con la excepción del período 1870-80, que se quemó hace muchos años y se perdió irremediablemente. Entre 1882 y 1926 se encuentra disponible en el CEMLA (Centro de Estudios Migratorios Latinoamericano, Independencia 20, Buenos Aires, Martes y Jueves de 10 a 12, tel: (54-11) 4342-6749 / 4334-7717), donde han sido procesados y se dan al público por una pequeña suma.